Porque desde el comienzo del encuentro salió a jugar de forma displicente, perdiendo las divididas y no ganando las segundas jugadas luego de algún rebote.
Los dirigidos por Montenegro, limitados en su juego pero con mucha actitud y sabiendo lo que se juegan fueron a buscar los 3 puntos y de no ser por Rago y fallas en algunas definiciones Atlanta mereció perder el encuentro.
De Atlanta poco y nada. Solo un remate de Bisanz por arriba del travesaño y un gol increíble errado por Dellarossa pateando al cuerpo del arquero fue todo cuando finalizaba la primera mitad fue todo.
Después podemos contar un remate de lejos en la segunda mitad que solo generó algo de ilusión porque el arquero calculó mal y debió retener en dos tiempos.
Atlanta cada partido juega peor y si los hinchas recriminan es porque durante la primera rueda sin que sobrará tanto volumen de juego, estos mismos jugadores mostraron otras cosas, sobre todo en Villa Crespo
Atlanta ya no gana todo de local, lo cual lo sostenía arriba. Porque si se le hubiese ganado a San Miguel y a Alvarado este equipo pese a todo estaría primero.
Pero lo más grave es el sincericidio del técnico cuando luego de finalizado el partido declaró que como recién asumió Montenegro no sabía sobre los nombres y el planteo de Almagro reconociendo que Atlanta nunca tuvo el los planes ser el protagonista del encuentro.
Si Atlanta se hubiese hecho cargo del juego, atacaba e iba a buscar iba a ser el local quien debería cambiar para evitar las embestidas futbolísticas de Atlanta.
Quedan 7 partidos y es hora de salir a ganar en todas las canchas. Ya no sirve esperar a ver qué propone el rival y rearmarse en base a eso.
Matemáticamente aún es posible llegar a la final, pero con estos planteos no falta mucho para que empecemos a mirar los resultados del noveno para poder entrar al reducido.
