Diez, técnico bohemio, parece no encontrarle la vuelta a este grupo de jugadores que él no eligió pero de los cuales aceptó hacerse cargo.
Los constantes cambios de esquemas y de nombres influyen en la falta de confianza de los jugadores que salen al campo de juego y que terminan, al igual que los espectadores, sin saber a qué juega Atlanta.
Para este partido frente a Ferro, incluso apostó por Dramisino que en la previa tuvo problemas de salud y no estaba en óptimas condiciones físicas.
Algo similar ocurrió con Camargo a quien se lo apuro en su recuperación y debió salir reemplazado al inicio de la segunda mitad. En este caso el reemplazante fue Gelos, a quien el técnico sigue quemando poniéndolo lateral como si no hubiese ningún jugador preparado para ocupar ese sector en la reserva.
En cuanto a lo futbolístico el empate fue justo ya que ambos equipos fueron superiores al rival en cada uno de los tiempos.
Atlanta fue un poco más, sobre todo en la actitud de ir a buscar la diferencia en la primera mitad, en donde pudo sacar más diferencia de no ser Mazzola, inexplicablemente, no logra concretar oportunidades claras.
En la segunda mitad y con el resultado en contra los de Caballito, que jugaban con un jugador menos aprovecharon el quedó de Atlanta y fueron superiores llegando al empate y poniendo en apuros a Atlanta que poco a poco se fue conformando con el empate.
Sobre todo luego de la expulsión de Galeano, que probablemente lo deje sin jugar la anteúltima fecha frente a Quilmes en lo que será el último encuentro de Atlanta en Villa Crespo.
Con este resultado, el bohemio se aleja definitivamente de la clasificación al reducido y quedó a un paso de quedar matemáticamente fuera del repechaje por el tercer descenso.
Y esto no es por mérito propio, sino porque Tristán Suárez no para de perder puntos.
La próxima fecha Atlanta visita a Gimnasia de Jujuy ya sabiendo el resultado de Suárez.
Si este pierde, el bohemio estará a salvo en una temporada futbolística de terror.