
Este paso en falso puede llegar a ser positivo si el bohemio entiende que no hay nada definido y que debe jugar los últimos 6 partidos como finales si pretende no sufrir en la recta final.
El abuso del juego por las bandas con centros que caían a las manos del arquero visitante, la falta de ideas por el medio y la carencia de remates desde fuera del área dificultaban al bohemio que llegaba casi sin generar peligro.
Por el lado del lila, todo pasaba por su orden defensivo y la salida rápida a espaldas de Bettini, cuando este se sumaba al ataque y tuvo la jugada de mayor peligro cuando un remate desde lejos se estrelló contra el palo izquierdo del arco bohemio y Rago tapo el revote con gran reacción.
Esperemos que este mal partido del bohemio sea un caso aislado. Que frente a Arsenal el miércoles por la Copa Argentina en cancha de Temperley y el próximo domingo cuando visitemos a Almirante en Isidro Casanova, volvamos a ver al bohemio que vimos durante muchos momentos de la era Orfila, siendo protagonista y dominador de los partidos desde el inicio y sin dejar dudas.