Atlanta perdió con San Telmo en Villa Crespo en un partido
en el que podía pasar cualquier cosa debido a la cantidad de lluvia caída las horas
previas al encuentro.
La visita hizo méritos en el primer tiempo para convertir,
pero lo pudo hacer gracias a un penal inventado por Yamil Possi cuando moría la
primera mitad. Atlanta también puedo haber convertido pero la buena actuación
del arquero candombero nos dejó a todos con el grito de gol en la garganta.
Particularmente a quien escribe, le preocupaban otras cosas
que van más allá del resultado.
Cosas que igual sucedieron pero que había que tener en
cuenta más allá del empate parcial de Chaves y del segundo gol de San Telmo.
La accidentada lesión de Lugo que se perderá el reducido y
el desgaste físico de algunos jugadores que por la alta rotación necesitan
mostrar que están a la altura es algo que de cara a lo que se viene había que tratar
de evitar más allá del resultado y no se hizo.
El resultado del último fin de semana inevitablemente va a pasar
a un segundo plano en algunos días.
Si Atlanta hubiese goleado a San Telmo y pero pierde el
primer partido del reducido, del partido de esta última fecha no se va a
acordar nadie.
Si Atlanta gana en el octogonal final, estamos seguros que
tampoco. Ningún hincha va a dejar de celebrar un ascenso ganado en la cancha por
los resultados de los de los encuentros frente a Acassuso, la UAI o San Telmo.
Llego la hora de la verdad. Futbolísticamente Atlanta no es
un equipo que se destaque por sobre el resto, pero la cabeza, el físico, y la
actitud, van a jugar un rol importante a la hora de lograr el objetivo del
ascenso.
Ya no hay margen de error y ya no es necesario jugar bonito.
El fútbol se convirtió en un juego en el cual saca mejores resultados el que no
deja jugar.
Prueba de eso es ver a equipos como Acassuso o Estudiantes en los primeros puestos o el ascenso Flandria
que tuvo como mayor virtud el aguantar el 0 en su arco.